"Mi abuela tenía una teoría muy interesante;
decía que todos nacemos con una caja de fósforos adentro, pero que no podemos encenderlos solos... necesitamos la ayuda del oxígeno y de una vela
En ese caso el oxígeno, por ejemplo, vendría del aliento de la persona que amamos; la vela podría ser cualquier tipo de comida, música, caricia, palabra o sonido que engendre la explosión que encenderá uno de los fósforos. Por un momento, nos deslumbra una emoción intensa. Una tibieza placentera crece dentro de nosotros, desvaneciéndose a medida que pasa el tiempo, hasta que llega una nueva explosión a revivirla. Cada persona tiene que descubrir qué disparará esas explosiones para poder vivir, puesto que la combustión que ocurre cuando uno de los fósforos se enciende es lo que nutre al alma.
Ese fuego, en resumen es su alimento. Si uno no averigua a tiempo qué cosa inicia esas explosiones, la caja de fósforos se humedece y ni un solo los fósforo se encenderá nunca.
Laura Esquivel, Como agua para chocolate
Ese fuego, en resumen es su alimento. Si uno no averigua a tiempo qué cosa inicia esas explosiones, la caja de fósforos se humedece y ni un solo los fósforo se encenderá nunca.
Laura Esquivel, Como agua para chocolate
Me encanta este libro. Y ese fragmento lo tengo subrayado en mi ejemplar también. Es precioso. Graciar por traerlo hoy.
ResponderEliminarBesotes!!!
Precioso el fragmento que has elegido, Loli.
ResponderEliminarBesitos a montones.
Bonita teoría. Saludos
ResponderEliminarEstamos de acuerdo que es original el argumento aunque me sigue pareciendo muy acertado, sobre todo lo de la llama del fósforo. Cuantas veces hemos escuchado lo de la "llama vital" o de la vida. Me gusta. Un saludo.
ResponderEliminarMe encantó este libro, la verdad que vaya acierto, conozco tu blog justo el día que nos traes semejante entrada, muy acertado, si señor.
ResponderEliminarunbeso y te sigo!