A LA MUERTE DE TORRIJOS Y SUS COMPAÑEROS
Helos allí: junto a la mar bravíacadáveres están, ¡ay!, los que fueron
honra del libre, y con su muerte dieron
almas al cielo, a España nombradía.
Ansia de patria y libertad henchía
sus nobles pechos que jamás temieron,
y las costas de Málaga los vieron
cual sol de gloria en desdichado día.
Españoles, llorad; mas vuestro llanto
lágrimas de dolor y sangre sean,
sangre que ahogue a siervos y opresores,
Y los viles tiranos, con espanto,
siempre delante amenazando vean
alzarse sus espectros vengadores.
A UN RUISEÑOR
Canta en la noche, canta en la mañana,
ruiseñor, en el bosque tus amores;
canta, que llorará cuando tú llores
el alba perlas en la flor temprana.
Teñido el cielo de amaranta y grana,
la brisa de la tarde entre las flores
suspirará también a los rigores
de tu amor triste y tu esperanza vana.
Y en la noche serena, al puro rayo
de la callada luna, tus cantares
los ecos sonarán del bosque umbrío.
Y vertiendo dulcísimo desmayo,
cual bálsamo suave en mis pesares,
endulzará tu acento el labio mío.
Espronceda
¡Cuantos años! Creo que desde el colegio no leía algo de Espronceda, ¡cuantos recuerdos!
ResponderEliminarUn montón de besos.
Me gusta tu blog L.P y me quedo con tu permiso.
ResponderEliminarTb me gusta la poesía.
Un beso azul